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La terapia cognitivo-conductual

La psicoterapia es una cuestión fundamental para superarnos a nosotros mismos y para alcanzar la calidad de vida que queremos. ¿Vivimos como realmente queremos? ¿Qué cosas nos ponen mal, y quisiéramos modificar? ¿Depende de nosotros hacerlo? Estos son los cuestionamientos que suelen llevarnos a una consulta psicológica. Sin embargo,  en esta búsqueda no siempre damos con el tipo de tratamiento que necesitamos. El marco teórico del terapeuta es lo que marcará su modo de abordaje y sobre esto es muy poca la información que tienen quienes no son psicólogos.

Lo que el paradigma cognitivo-conductual propone es que hay una causación recíproca entre emoción, cognición (pensamientos) y conducta. La forma en que percibo la realidad (creencias e interpretaciones) determinará mi respuesta emocional y mi respuesta conductual; así como mi estado emocional (por ejemplo, estar triste) también repercutirá en mi manera de pensar. Lo que el modelo cognitivo-conductual plantea es que si provoco un cambio en alguno de los elementos, deberían cambiar los demás.

Un punto clave es el trabajo con el modo de procesar la información del paciente. Esto es, qué sesgos mentales tiene: las personas ansiosas, por ejemplo, pondrán mayor atención a los estímulos amenazantes; las personas depresivas, a los estímulos que sugieran datos negativos sobre sí mismos. La mente humana tiende a focalizar su atención en los datos que confirman sus creencias, y a desatender los datos que refuten dichas creencias.

¿Se trata, entonces, de modificar la manera de pensar?

Se trata de trabajar sobre nuestra mirada, aumentando la flexibilidad.  Tanto nuestro comportamiento como los sentimientos que lo acompañan, se basan en nuestras creencias sobre la realidad, en nuestro modo de ver el mundo. Cuando esas creencias se vuelven rígidas, pueden traernos grandes dificultades para amoldarnos a cambios, superar algún evento estresante o sobrellevar una crisis vital.


Otra cuestión fundamental es que la terapia cognitivo-conductual está basada en la evidencia. Esto es, que resultó de investigaciones que se hicieron sobre pacientes, repitiendo sus evaluaciones después de finalizar los tratamientos.

También cabe señalar que se trata de una terapia focalizada en resolución de problemas, en donde la cuestión fundamental es centrarse en lo que le provoca padecimiento al paciente y no en remontarse a la reconstrucción de su historia personal. El objetivo será alcanzar el alivio sintomático en el corto-mediano plazo.

¿Esto significa que en este tipo de terapia no se habla de nuestra infancia, ni de nuestros padres?

Sabemos que nuestra mirada del mundo y nuestra manera de pensar tiene algún grado de verdad histórica. Esto significa que se desarrollan a partir del entorno en el que crecimos, de nuestras experiencias infantiles y acontecimientos de nuestra vida. Pero qué tanto abordemos estas vivencias en la psicoterapia, dependerá del motivo de consulta y de las características del paciente (podés leer más sobre este tema en mi artículo:  ¿Hasta qué punto podemos cambiar?).

¿Cuánto debería durar mi terapia?

La longitud de los tratamientos tiene relación con el nivel de dificultad que implique el motivo de consulta. Dependiendo del caso, algunos objetivos podrán alcanzarse en unos pocos meses, mientras que otros llevarán más tiempo.

¿Cómo sé si estoy dando con la terapeuta indicada?

Los casos en los que me especializo son:
• Ansiedad y ataques de pánico
• Crisis vitales
• Desarrollo personal
• Gestión de emociones
• Depresión
• Duelo
• Vínculos

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